Terminamos nuestro Festival de Expresión Corporal. Casi 30 coreografías grupales e individuales han compartido con nosotros su creatividad y ganas de pasarlo bien. Nos alegra ver personas alegres disfrutando no solo de su producto (trabajado, dialogado, debatido, analizado, moldeado, modificado y muy muy repetido) sino del proceso que les ha llevado a sentirse mejor con ellos y con el mundo viendo la cantidad de dificultades que a nivel individual o colectivo fueron capaces de superar. El trabajo, el esfuerzo y la constancia adquieren un especial sentido.
Me maravilla encontrar estudiantes y profesores que vencen temores y miedos y saltan al ruedo a torear con sus pasos y con su música la vida.
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